Cómo conquistar a una mujer: el arte de la seducción
El ser humano ha buscado, desde tiempos inmemoriales, una fórmula mágica e infalible que permita conquistar a la persona que se ama de una manera infalible. Desde Ovidio, que ya en el siglo 8 escribía sobre cómo seducir en Ars Amandi, pasando por Erich Fromm y su El arte de amar y llegando hasta Neil Strauss y El método, muchas son las publicaciones que abordan y han puesto su atención en intentar solventar este gran misterio de la humanidad, normalmente desde el punto de vista del hombre.
Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que, como algunos investigadores han señalado, existe una causa biológica que configura las reglas del juego más básicas de la seducción, y es que es la mujer la que elige, y el hombre el que debe tratar de seducirla. Si miramos a nuestro alrededor descubriremos que esto se repite una y otra vez en la mayoría de los casos. Por lo tanto, nuestra labor como artistas de la seducción consiste, a grandes rasgos, en presentar la mejor versión de nosotros mismos para que esa otra persona nos elija a nosotros.
Pero lo cierto es que no existe una forma que garantice el éxito absoluto. No hay una serie de frases que consigan por sí solas que la mujer a la tratas de conquistar quede totalmente enamorada de ti inmediatamente. Sí que hay una serie de pautas, o grandes errores que podemos evitar, basados en experiencias previas, pero que tampoco nos aseguran nada por un motivo fundamental desde el que tenemos que partir: todos los seres humanos somos la consecuencia de nuestras experiencias pasadas, y por lo tanto, lo que funciona para uno, puede no hacerlo para otra.
Mostrar seguridad es esencial para seducir
De lo que sí podemos estar seguros es de dos cosas: por un lado, como en cualquier cosa que queramos lograr, debemos estar preparados y trabajar en nuestro objetivo. No se trata de estudiar toneladas de libros, memorizar alguno patrones y emplearlos como un robot, no, la cuestión es que debemos conocernos bien a nosotros mismos primero para así poder proyectar una imagen segura y firme, potenciando nuestras fortalezas, y de esta forma responder a lo que ella está buscando.
Y, en segundo lugar, no podemos controlar lo que hacen los demás, solo lo que hacemos nosotros. En muchas ocasiones vamos a encontrarnos con una mujer que, por el momento en que se encuentra, porque tiene pareja o cualquier otro motivo relacionado, no podremos conquistar. En estos casos tenemos que pasar página y entender que, por mucho que controlemos el arte de la seducción, no solo dependemos de nuestras mejores técnicas. Esto tiene que ver también con la empatía y la inteligencia emocional, ten en cuenta que los otros no son objetos y que, como tú, también tienen sentimientos y motivaciones. Aprende de esto también y tendrás mucho camino ganado.
Aprender del fracaso es fundamental
Hemos fracasado en más de una ocasión y volveremos a hacerlo, claro que sí. Pero el fracaso es solo la antesala del éxito. Solo a través de fallar podemos aprender más de nosotros mismos y de nuestros errores, y poco a poco configuraremos una versión mejor de lo que somos, o al menos de lo que proyectamos en los otros. Por eso conviene ser fríos una vez no hayamos podido conquistar a la otra persona e intentar reflexionar sobre cómo mejorar en la siguiente ocasión.
Y es este el axioma principal en este mundo del amor: debemos dejar fluir nuestro arte en la seducción mientras estamos ligando, y estudiar como científicos después lo que hemos hecho mal y lo que hemos hecho bien. Como en todo, hay personas que de forma natural tienen un talento especial para ligar, del mismo modo en que hay músicos espectaculares que nunca han ido a clase, pero esto no es lo habitual, y muchos de los grandes artistas de la historia han sido profundos estudiosos de sus disciplinas.
En definitiva, como todo, para conquistar a una mujer hay que equivocarse antes muchas veces para convertirnos en auténticos artistas de la seducción, de la misma forma en que nos caemos de la bici cuando estamos aprendiendo. Solo de esta forma podremos ir escalando, poco a poco, montañas más altas, hasta llegar a esa cima a la que siempre has ansiado conquistar.