Con quién engañan los hombres

La fidelidad es una de las claves de las relaciones tradicionales, símbolo máximo de la confianza que hay entre dos personas que están juntas. La historia nos ha demostrado que la monogamia es una de las mejores fórmulas para mantener no solo la especie, sino también los beneficios familiares heredados. Somos lo que somos dentro de un sistema que nos invita, por no decir que nos obliga, a estar con una persona toda la vida. Y aunque los tiempos cambian y los divorcios se han vuelto casi tan habituales como las propias bodas, la gente sigue creyendo en el amor para toda la vida. Un amor casi ciego, porque está dispuesto a pasar por alto ciertas cosas que serían impensables en cualquier relación. Un amor fuerte, pero también basado en la intención de seguir a toda costa con esa persona, incluso cuando nos engaña o nos traiciona. Porque al final la amamos, y eso, como nos han enseñado tantas películas, novelas y canciones, es lo verdaderamente importante.

El amor puede con todo y uno debe dejar el ego a un lado para saber perdonar, incluso las infidelidades, si ama de verdad. Pero hay personas que no están dispuestas a aguantar ese tipo de trato, especialmente cuando se vuelve algo común. No es echar una canita al aire, sino llevar meses, incluso años, con una amante o varias amantes. Una situación que se sigue repitiendo mucho en estos tiempos donde además, al tecnología parece facilitar bastante este tipo de aventuras. Si bien hay parejas que logran sobrevivir a este tipo de infidelidades, e incluso algunas que las alientan, por tener una relación abierta, para la mayoría suponen una traición imperdonable. Porque somos así por naturaleza, egoístas, y queremos que esa persona a la que amamos sea solo para nosotras, sin compartirla con nadie más. A su vez, sin embargo, también deseamos a otras personas y estamos incluso dispuestos a poner en peligro nuestra relación por tener algo con ellas. Existe la idea de que esto es más habitual entre los hombres, infieles por naturaleza, pero en este artículo queremos comprobar si eso es así de verdad o solo un mito más.

La infidelidad, habitual en el sexo masculino

Es habitual que los hombres sean más infieles que las mujeres. Esta idea sobrevuela siempre las conversaciones sobre infidelidades, y de hecho, cuando una pareja rompe por terceras personas, siempre se apunta al chico. Es como si el hombre estuviera preparado naturalmente para ser infiel, aunque más bien sería para estar con varias parejas sexuales a la vez. ¿Es esto cierto? Biológicamente hablando, nuestra especie siempre ha buscado la procreación y la expansión, y eso es mucho más fácil si el macho alfa tiene a varias parejas. Lo llevamos en los genes, es verdad, pero a estas alturas el condicionamiento social ya parece desbaratar estas teorías. El que siga excusándose en causas biológicas para justificar su infidelidad deja a un lado todo lo que la sociedad le ha ido enseñando.

Los hombres pueden llegar a ser más infieles que las mujeres porque el propio sistema se lo permite. Sea por esa naturaleza biológica o por el estado de sometimiento que las mujeres han sufrido todos estos siglos, es el varón el que puede tomar la decisión de estar con varias. Si lo hace, de hecho, se le considera un semental, casi como si cada amante nueva fuera un triunfo. Si lo hace una chica, sin embargo, se la califica como puta o cosas incluso peores. Las tornas están cambiando y hoy por hoy hay mucha más igualdad también en ese sentido, aunque parece que los hombres siguen siendo los más infieles. De hecho, muchos prefieren quedarse al margen de relaciones y compromisos para poder disfrutar libremente de toda esa pasión con distintas amantes. Pero cuando encuentra a alguien que vale la pena, se enrolan en esa relación que luego puede verse salpicada con alguna infidelidad, si el chico no cambia el chip. ¿Qué tipo de mujeres suelen protagonizar esas infidelidades?

Amantes más jóvenes

Todo un clásico, especialmente para aquellos hombres que ya están cerca de los 40 o los han superado. La crisis que les llega en aquel momento les hace mirar atrás con nostalgia, y con cierta inmadurez. Envejecen demasiado rápido y quieren volver a cuando eran mucho más jóvenes, activos y guapos. Por eso buscan también a chicas mucho más jóvenes, como si eso les ayudase en su camino hacia el rejuvenecimiento. Amantes que tal vez estén estudiando una carrera, y con una diferencia de edad notable, pero que les hagan volver a sentir la llama de la pasión que han perdido con sus parejas. El aspecto sexual es tremendamente importante en este sentido, y es que el hombre está buscando algo salvaje e intenso, que solo una chica más joven puede ofrecerle. El protagonista de la película American Beauty es el ejemplo perfecto de este caso.

Prostitutas

Otra de las alternativas más habituales para que los hombres tengan su momento sexual más allá de la relación. Parar en un bar de carretera, buscar un burdel por la zona donde han ido de viaje de negocios o llamar a una prostituta para ir a su apartamento es algo que casi ha estado normalizado. Tanto que para muchas mujeres no suponía siquiera un engaño el hecho de que sus maridos echasen un polvo con una prostituta. Era como un mal menor. Seguían con ellas y no las dejaban por otras amantes, así que al menos eso sí las diferenciaba. Y las diferencia, porque en estos días el consumo de prostitución sigue siendo bastante elevado, e incluso hay países que han legalizado este oficio.

Los encuentros con profesionales del placer suponen además algo distinto para los hombres. Aquellos que están en pareja pero necesitan algo especial, algo diferente a lo que sus mujeres les entregan, acuden a estas profesionales. Son expertas en todo tipo de servicios, y no tienen remilgos a la hora de ofrecer a los hombres esas fantasías excitantes que muchas chicas no son capaces de llevar a cabo. Las propias escorts reconocen que la mayoría de sus clientes son hombres casados y tremendamente enamorados de sus esposas, pero que acuden a ellas por un poco de pasión extra. Allí donde las parejas no logran llegar en el placer, las profesionales sobrepasan esos tabúes.

Compañeras de trabajo

¿Dónde puede conocer un hombre a una amante y enamorarse de ella? Lo más habitual es que el trabajo sea el lugar donde encontremos a esa nueva futurible pareja. Si estamos en una relación, pero conocemos a alguien que nos fascina, que nos vuelve locos, ¿cómo no caer en esa tentación? Es una situación compleja porque muchas empresas prohíben expresamente las relaciones entre compañeros, para evitar mal ambiente en las oficinas. Sin embargo, esto es algo que se da muy a menudo, y de hecho, el contacto que tienen los hombres con sus compañeros de trabajo es muy  intenso y  habitual. Son muchas las parejas que han terminado rompiéndose precisamente por este tipo de infidelidades.